miércoles, 24 de noviembre de 2010

Dave McKean

Hoy no ha sido un día fatal, tampoco trato de que termine de esta manera, y por más que intento  no poner expectativas en las cosas que hago, creo que es humano esperar un resultado de ellas.


Adoro absolutamente a Dave McKean, el autor de las imágenes en este post (www.mckean-art.co.uk/) como a otros grandes artistas también- para quienes nunca han escuchado hablar de él, es nada menos que el dibujante de la genial saga de Batman en Arkham asylum, el cómic que tiene como escenario el asilo psiquiátrico de todos los villanos de Ciudad Gótica- pero tengo una conexión especial con él, por su forma de representar las locuras desesperadas del hombre. . Y hoy, me siento exactamente así, como esta imagen de él: una persona identificada por lo que hace (probablemente por escribir) carcomida y sumergida en la angustia de sus palabras, que busca arrancarse la máscara o careta con la cual se enfrenta al mundo.


Sé que no puedo volar, y que los pocos injertos de plumas en mi piel se van cayendo conforme me acerco más al sol. Es siempre pretencioso acercarse al astro rey, pero Ícaro no se daba cuenta que sus brazos eran dos herramientas poderosísimas y que estaba desperdiciando su tiempo en querer ser algo que la naturaleza no planificó para él.


Lo único que queda ahora es esperar a pescar una buena idea y agudizar los sentidos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Los 15 de Mogwai

No esperaba escribir tanto, no es a propósito, pero regresé a mi bandeja de entrada porque hace ya 4 días que vengo posponiendo leer "El espejo gótico" y encontré mi canción del día "I'm Jim Morrison, i'm dead"-perteneciente a Mogwai, y poniendo pausa a una buena canción del "Plastic beach" de Gorillaz, abri el reproductor de NPR, mientras ojeaba algunas cosas, y no tardó mucho tal melodía en llamarme la atención del todo.

Formados desde 1995, es decir hace ya 15 años, originarios de Escocia, intérpretes del género post-rock, codeándose con el goth y el art rock, Mogwai significa "espíritu maligno" en cantonés, pero su guitarrista Stuart Braithwaite menciona "no tiene un significado importante y siempre intentamos conseguir uno mejor, pero como un montón de cosas que nunca conseguimos."

Mogwai es un viaje de velocidades en el túnel de la música, altamente recomendado para trippear, surfear o verbos afines, porque nos introduce lentamente en la amplitud del sonido, y en el progresivo aumento de su propio peso. 


Y su parte más oscura:


Lipemanía

No es nada nuevo que siempre tengo más de una idea dándome vueltas por la cabeza y no precisamente por exceso de creatividad. A cada suceso de mi vida suelo narrarlo dentro de mi cabeza como si se tratara de un programa de televisión Y estos últimos 3 días he estado tratando de recuperar mi estilo de escribir en este blog al menos, porque por otras cuentas e identidades, donde la acción narrativa/descriptiva se vuelve muy cotidiana y por ello más ligera no me tomo mucho la molestia de disfrutar redactarlo. Son sólo pensamientos rápidos, pasajeros, pero que me gusta expresarlos a mi propia manera.

Ilustración de Dave McKean

Estuve escribiendo y volviendo a redactar entradas ahora suprimidas que espero no hayan leído, y hoy, después de casi perder la cabeza por mi mal sentida frustración, recordé las palabras que David Lynch había querido compartir con el público (no de manera gratis al menos) en su libro sobre meditación y creatividad, y la manera en cómo éstas dos se complementan, titulado "Catching the big fish" donde menciona: "Si quieres pescar pececitos, puedes permanecer en aguas poco profundas. Pero si quieres pescar un gran pez dorado, tienes que adentrarte en aguas más profundas.  En las profundidades, los peces son más poderosos y puros. Son enormes y abstractos. Y muy bellos. Yo busco un tipo particular de pez importante para mí, pero allá abajo nadan toda clase de peces. Hay peces para los negocios, peces para el deporte. Hay peces para todo. Todo, cualquier cosa, surge del nivel más profundo./ La física moderna denomina a ese nivel campo unificado. Cuanto más se expande la conciencia, más se profundiza hacia dicha fuente y mayor es el pez que puede pescarse. "

He concluido pensando que mi pez grande es esto, es sentir cuando escribo, siendo lo más real que puedo ser- y es que lo estoy disfrutando tanto que no puedo dejar de mencionarlo, como el sencillo pero simultáneo profundo gozo de un niño sobre lo que ellos consideran los placeres más gratos de la vida- Las ideas nadan como pescecitos en la pescera de mi cabeza de una manera muy veloz y a veces tengo problemas para capturarlos, pero cuándo pescas el gran pez, entonces las dimensiones de todo son mucho mayores.

Perdidos en Tokio

Hace mucho que no veía esta gran película, probablemente hace dos años o más. Se trata de la segunda película de Sofía Copolla y su película más premiada hasta el momento. ¿La razón? Una historia que uno puede sentir, donde los personajes no se dicen nada pero hay mucho en sus palabras, una historia que comunica sentimientos y habla emociones. Ayer, la pasaron en televisión por cable y no llegué a tiempo a la cita que teníamos planeada el domingo por la noche, debido a que calculé mal el tiempo mientras disfrutaba conversando con un amigo por mi msn. Recordé que gracias a no haber devuelto esta película cuyo estuche aún se posa en mi televisor sobre otros tantos dvds, que podíamos encontrarnos (película y yo) al día sgt por la mñna. Y así fue.


Pienso que el amor no difiere mucho de una amistad, tal vez sea como un próximo nivel en el que se sigue siendo amigos, y si es amor de verdad, se lo seguirá siendo. Si somos amigos de verdad entonces nos seguiremos amando y viceversa. No es necesario perderse en otra ciudad para saber o sentir que somos los dos únicos en una cultura ajena que hablamos el mismo lenguaje. No es necesario decir te amo para que el otro lo sepa, amar es un lenguaje que todos entendemos y que no necesita decirse al oído. Es suficiente con sentirse bien al lado del otro, porque de esa manera sabes que no eres sólo tú.


Argumento:


Scarlett Johansson interpreta a Charlotte, parte integrante de un joven matrimonio que se encuentra en Tokio por un trabajo de fotografía de su pareja. Desde el plano inicial de la película se puede notar esa soledad perenne en ella y la constante ausencia del esposo por su agitada vida laboral. En el mismo hotel se encuentra el actor estadounidense Bob Harris, interpretado por el mimético y carismático Bill Murray, a manera de alterego. Bob es también integrante de un matrimonio de muchos años, pero que ha llegado a convertirse en rutina para Bob. En esas circunstancias y en ese lugar donde ellos dos pueden hablar no sólo el mismo idioma, sino un mismo lenguaje, es donde nace una rápida pero profunda conexión.

Ellos representan la pareja que debió ser, pero que por jugadas de la vida, no puede ser. Toda la cinta nos logra transmitir la sensación exacta que la hija de Francis F. Copolla experimentó al pasar sus vacaciones en Tokio en ese mismo hotel, con su entonces esposo el también director Spike Jonze, que gracias a su ausencia y a su agitada vida laboral terminó en divorcio. Anna Faris interpretaría a una Cameron Díaz, con la que Sofía también cortó relaciones, siendo así la película una especie de catarsis para su directora.

Los personajes, perdidos en una ciudad totalmente extraña para ellos, que hablan un idioma que ellos no manejan, logran vincularse a perfección con el público espectador, porque a pesar de no haber vivido la historia de Sofia frente a nuestros ojos, logramos contentarnos con el final, en el cual no está claro que sucede después, y es así como nosotros somos quienes le damos el final feliz a esta historia.


domingo, 21 de noviembre de 2010

El Gran pez

Esta película ha sido la perfecta clausura para una semana poblada de buenas historias, aquellas que son parte de la realidad más allá de la ficción, y vidas de película, como las nuestras.

Originalmente concebida como "The big fish: a novel by mythic proportions" de Daniel Wallace, nadie mejor que Tim Burton para llevar grandes historias de fantasía y anexarlas a la gran cantidad de sensibilidad que él posee. "The big fish" o "El gran pez" (como uds prefieran llamarlo), narra la increíble vida de  Edward Bloom, contada desde la perspectiva de su hijo Will, haciendo que todos los capítulos giren en torno a un mismo tema: su padre enamorado de quien ahora sería su esposa.



La película está llena de frases memorables, siendo una de mi favoritas aquella que se hace presente en estos fotogramas anteriores donde el protagonista nos cuenta: "Dicen que cuando conoces al amor de tu vida, el tiempo se detiene... y es cierto. Lo que no te dicen es que cuando se vuelve a poner en marcha, lo hace aún más rápidamente para recuperar lo perdido"

Y el argumento de la película misma que se resume en esta frase: "Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. De esta forma, el hombre se hace inmortal." Sabias palabras.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Más realidad que ciencia ficción

Me he vuelto adicta (entre otras tantas cosas) al bien conocido género de ciencia ficción (de manera literaria o fílmica), que como toda variante artística trae al plano real lo que antes estuvo sólo en la imaginación. Por eso prefiero ese género en especial, junto a la buena literatura de terror, por su máxima creatividad. Me gustan las emociones en el arte, las emociones que le pone el autor que generalmente varía en nuestra interpretación. Me gusta ver una buena película y sentir no que estoy viendo una obra ficcional, sino que soy un espectador(a) de la realidad que ellos viven, con sus propios problemas, sus propios escenarios, y sus propios soundtracks, me gusta ser cómplice de sus aventuras y desventuras, compañera de sus vidas ya no frente a la pantalla, sino frente a mí y frente a mis ojos. Pero el cine es un trabajo audiovisual, y no me da la libertad de recrear nada en mi imaginación porque captura mi atención tanto en mis oídos como en mis ojos, y lo disfruto en su totalidad, pero la literatura es otra cosa, al igual que la radio, que se basó en ella en sus buenos momentos. (Recordar a Orson Welles leyendo la Guerra de los mundos)

Leer nos permite ser autores y ya no sólo espectadores de una realidad ajena pero cercana, porque nos permite crear mundos, personajes, sensaciones, muy a pesar que un autor describa con impecable detalle un lugar, o un personaje, o una acción, la persona leyendo siempre interpretará el papel de director de escena mientras lee e imagina, quizá sea por eso que me apasionan tanto ambas expresiones. La recreación de una misma lectura en la imaginación de cada lector nunca será la misma, siempre tendremos versiones y matices distintos de cada obra y eso la hace muy poderosa.

Yo veo en la literatura un escape, una salida a la realidad, un momento del día en que quiero viajar en un submarino a 20 leguas debajo del mar, o visitar Arkham una vez más, o escuchar el latido de mi corazón entre tanta oscuridad mientras el péndulo desciende sobre mi pecho desnudo. Quiero no sólo acompañar a cada personaje en lo que le toca vivir, sino cooperar a que éste viva mientras mis ojos recorren letra por letra una hoja de papel. Quiero sentir la aventura de la ciencia ficción en mis venas o el terror de Edgar Allan Poe en mi piel, pero quiero que sean parte de mi realidad. Hacer que grandes autores no mueran y sean eternos porque ellos hacen de mi vida un género espectacular.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Interludio

Querido blog:

Hoy solo quería escribirte por el puro placer que siento cuando lo hago, quería otorgarte una parte de mí y sentir a la vez las yemas de mis dedos digitando mis pensamientos y volviéndolos realidad en esta hoja falsa.

Quería decirte lo importante que has sido en mi vida y lo orgullosa que estoy de tí porque has sido (a manera de un hijo) lo mejor que has podido ser a tu propia manera, sin venderte ni prostituirte. Me has enseñado a compartir, a recordar que la escritura siempre va de la mano con la lectura, como una pareja que no debe separarse ni por que la muerte así lo quiera, y que a través de cada post no sólo espero inmortalizarme a través de tipografías, sino que siembro ideas a manera de semillas y busco cosechar frutos más tarde en primavera.

Gracias por hacerme disfrutar el silencio de nuevo, gracias por hacerme notar que necesitaba esta pausa para reencontranos ambos, apagar por un momento el stéreo y escucharte a ti, hablar, en mi cabeza, y yo, darte vida a través de estas simples palabras.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Velvet Goldmine


No estoy segura cómo encontré esta película, pero una de esas "supuestas casualidades" de andar buscando algo y toparte con otras cosas probablemente sea la responsable. Producida por Michael Stipe, quien también se involucraría en la poderosa banda sonora; Velvet Goldmine nos cuenta la historia de Brian Slade (Jonathan Rhys-Meyers) un músico gay de los años 80, ícono por su vanguardia (muy al estilo de David Bowie), quien se ve involucrado con otro músico precursor del género garage (muy al estilo de Iggy Pop) protagonizado por Ewan Mc Gregor, (ambos actores con muy buenas y potentes actuaciones) cambiando ambos el rumbo de sus vidas y  de paso el de la historia de la música. Está de más explicarles la historia aduciendo que se basa en la vida de estos dos personajes y su supuesta relación de opacación mutua. Una película que muestra la prostitución del arte en manos de la industria de la música junto al drama de dos estrellas que como diría Simón Bolívar no pueden brillar bajo el mismo cielo.

Potente y notoria banda sonora. Cuenta con las participaciones de dos bandas con temas propios y otros artistas con covers de canciones de la época

  • Wylde Rattz: Conformada por Mark Arm de Mudhoney, Ron Asheton de The Stooges, Thurston Moore y Steve Shelley de Sonic Youth, Mike Watt de Minutemen y Don Fleming  de Gumball.
  • The Venus In Furs: Thom Yorke y Jonny Greenwood de RadioheadAndy McKay de Roxy Music, Bernard Butler de Suede y Paul Kimble  de Grant Lee Bufallo.


Trailer:
Película con subtítulos aquí:

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Nada aún de Sufjan Stevens?

Pido disculpas si es que verdaderamente estoy descuidando la frecuencia y calidad de las entradas de este blog, pero estoy estudiando diseño gráfico (estudiando más que diseñando) y alimentando unas cuantas obsesiones mías, y dado que el día dura sólo 24 horas de las cuales mínimo 5 dedico al postrero sueño, me quedan otras 19 para realizar mis actividades que para una "webadicta" es poco tiempo. Pero no puedo abandonar  el mundo de lo audiovisual por más obsesiones que tenga, y últimamente me invaden las ganas de volver a disfrutar Drácula de Copolla, o der ver algunos filmes alternativos que guardo en ocultas carpetas de mi ordenador. Y hoy fue el turno de The BQE, de Sufjan Stevens. ¿¿Cómo?! ¿No he hablado de él? Rayos, éste blog está más que descuidado. 

Descubrí a Sufjan Stevens por casualidades de NPR y quedé deleitada con su magia, su excentricidad, la armonía de su simpleza, toda su producción. Sufjan es un compositor, guitarrista primordialmente, con algunas incursiones en el banjo (este instrumento me gusta más cada vez) que hace que la realidad desaparezca y sólo me sumerja en la profunda sencillez de sus creaciones. 




(Sufjan forma parte de un club de tejido, donde él es el único hombre y joven)


Stevens inicia su carrera con el folk y a partir de éste género musical desglosará la mayoría de sus próximas producciones, con la excepción de su segundo disco "Enjoy your rabbit" donde aplica la fórmula electrónica y el concepto del zodiaco chino. Olvidé mencionar que sus álbumes son conceptuales, iniciando con "Michigan", disco integrante del megaproyecto que Sufjan se traía entre manos de conceptualizar un disco para cada estado de los Estados Unidos de Norteamérica, pero sólo conceptualizó "Michigan" e "Illinois", argumentando luego que era una idea que tuvo del momento, cambiando de parecer frente a la gran expectativa de la crítica por la culminación de esta idea.


                         


En el medio de estos dos discos se sitúa "Seven swans", un disco polémico por hablar de la transfiguración de Cristo, pero uno de los más acertados a mi parecer, y uno de mis favoritos. Los temas musicales religiosos nunca fueron tan buenos, créanme, con esas melodías, sería religiosa. Descargué todos sus discos, cosa que por azar no suele suceder, y encontré una película. Hasta ese momento  desconocía que el talentoso músico fuera también un talentoso indie cineasta. The BQE muestra 3 pantallas consecutivas una al lado de otra describiendo escenas sobre el metro de Brooklyn-Queens (quien le da sus siglas a la película for "Brooklyn Queens Express") cada una con su ritmo, mientras suena la música original de Sufjan, y tal como una pieza orquestal, Sufjan dirige también a las imágenes fusionándose ambos ritmos para un doble placer auditivo y visual. 



Sobre sus discos recomiendo "Illinois", "Seven swans", y el novato "The age of ADZ", con el cual he quedado enamorada, todos ellos con piezas inolvidables que tocan lo más profundo de la sensibilidad humana. No creo que Sufjan sea todo un genio, pero sí creo en que el mejor arte es el que sale del corazón, y por eso Sufjan es un buen artista. Una persona que siente, y nos transmite sus sentimientos de una manera tan fiel que cala hasta los huesos.

Discografía:

-Del 2000 al 2009 más la película The BQE al final http://download.f60s.com/forums/t/749857.aspx

-All delighted people EP, un proyecto basado en el concepto del apocalispsis; junto con la canción "Sounds of silence" de Paul Simon 

-2010, The age of ADZ, su disco más reciente http://www.mediafire.com/?i3c1ewxi5d4bq5o#2

Por si son de los que no creen sin ver, les dejo pruebas fehacientes de su talento en el Youtube

The BQE (imágenes y sonido de la cabeza de Sufjan):