jueves, 16 de diciembre de 2010

El legado de Tron

Ya han pasado 28 años desde que Tron vió la luz del proyector de cine por primera vez. Yo acabo de cumplir 21 y es la primera vez que la veo. Así que después de pasar rápidamente los ojos por un artículo de Cronenberg, después de engullir los fideos tricolores que fueron la base de mi protocolar almuerzo, opté por recostarme para ver esta película que por casualidad encontré. Me explico, no tenía intención siquiera de buscarla aun, sabía que tenía que verla pero pensé que esto sería en febrero. De todas maneras decidí verla muy a pesar de todo, y mis expectativas subieron con sólo ver la presentación.



Tron es una película de ciencia-ficción perteneciente a los estudios Disney y dirigida por Steven Lisberger, propietario de un estudio de animación homónimo. La película es reconocida por usar la animación gráfica por computadora a un nivel muy óptimo, si es que tomamos en cuenta el año de su aparición (1982), aunque ciertamente a ojo avezado se nota que hay menos efectos por computadora de los que parece, pero igualmente celebramos el gran trabajo técnico en efectos visuales, aunque la película no haya sido premiada por esto.


La historia. La leí porque me interesaba conocer el argumento y debo decir que es injusto el modo en que se la presenta. Tal cual lenguaje de ingeniería (frase robada) es un poco trabada la sinopsis de la película, cuando podría resumirse en las siguientes líneas: ligeramente parecida al drama vivido en la película "La red social",  donde un ingenuo empleado  programador de videojuegos tiene un boom creativo y el  astuto dueño de la empresa logra arrebatarle sus ideas. Ahora, nuestro protagonista inicia toda una aventura virtual para demostrar quien es el dueño de aquella fructuosa y lucrativa inteligencia artificial. A propósito de esto, incluso la comedia animada South Park tiene un capítulo donde parodia al programa Tron con Facebook haciendo que su personaje ingrese al mundo virtual. Y debo admitir que esta fue una de las partes que más me impactó y que he disfrutado de todo el largo, trayéndome a flote las mismas sensaciones que cuando veo Scanners, o Una odisea en el espacio de Kubrick, con la cual claramente se puede hacer una rápida conexión.

Viendo un poco más allá del guión tecnológico, y de los dramas laborales presentes en toda empresa, Tron es el arquetipo perfecto de la realidad virtual y de la rebelión de las máquinas. La siempre eterna disyuntiva de quien fue primero: el huevo o la gallina, pero en versión cibernética; o si lo prefieren, la eterna lucha del origen del bien vs el mal, a manera de drama existencial de Star Wars, claramente situado en el típico contexto de la década ochentera. Peculiarmente la película careció de éxito comercial, porque según la crítica su guión era inconexo, pero se ganó merecidamente un puesto en el cine de culto, y otro en el corazón de miles de amantes del género de ciencia ficción.

Así, Tron, tiene múltiples menciones y tributos en distintos medios. Y a días del estreno mundial en cines, de Tron Legacy, la segunda parte de esta icónica película hito de una generación, eclosiona expectativas por doquier, tanto como de sus antiguos seguidores, como de los nuevos que están por venir. 28 años de diferencia en los cuales las prerrogativas del mundo virtual siguen siendo casi las mismas: el afán de dominación de una especie sobre otra.

.
.
.
End of line. ..........Fin de impresión.