Sólo las personas que me conocen muy bien sabrán que mi corazón late al ritmo del psychobilly y del surf rock. Es interesante que desde que unos amigos y yo tuvimos un reencuentro con un amigo que volvía de Francia, la música francesa no ha dejado de perseguirme (y no porque precisamente ese haya sido un tema de conversación). Esta oportunidad una vez más, gracias a los algoritmos del Youtube llegó esta banda originaria de Biarritz, ciudad al sur de Francia, donde por azares del destino se llegaron a juntar estas siete almas para concebir a La Femme, una mezcla de psychobilly, surf rock, kraut rock y rock psicodélico.
La Femme ha sido una de esas pocas bandas capaces de atraer totalmente mi atención e invitarme a rendirme a sus pies ante esa mezcla perfecta de sonidos que ha sabido evocar fielmente el feeling de las épocas doradas de la música, rememorando lo mejor de cada década pasada (pero sin llegar a sonar a más de lo mismo), casi haciéndome afirmar que han logrado reinventarse en un mundo donde ya prácticamente todo esta hecho, pero no oído.
Su primera producción: Psycho Tropical Berlin, fue un EP que decidieron lanzar en un pequeño sello discográfico, para después gestionarse ellos mismos - ayudados de las redes - una gira por los E.E.UU. convencidos que con ello saltarían a la fama, y lo lograron. Poco antes de salir de gira, los medios franceses no dejaban de preguntarse quién era La Femme y por qué hacían una gira norteamericana, poniendo a su nombre y a su música en el lente correcto.
Antitaxi, el primer track de este EP es una clara oda al mítico Autobahn de Kraftwerk, no sólo por lo beats de fondo de la canción sino por las referencias visuales a la portada del mismo álbum.
Otro track/video que merece la pena, es la canción Packshot, quizá una de las canciones con más fuerza y cuyo video refleja las intersecciones de estilos a la que se han sometido.
Gracias al éxito y reconocimiento obtenido, les fue posible sacar un segundo disco titulado Mystère, cuyo primer track Sphynx traza de manera definitiva las bases del álbum, jugando un poco más con la psicodelia pero sin dejar el kraut rock de lado.
Como bonus le doy 5 favs a Al Warda: una canción digna de la mejor ola del yeyé francés y una muestra más de cómo se puede seguir reinventando lo clásico.